jueves, 15 de noviembre de 2007

REFLEXION SOBRE EDUCAR


Todos los seres humanos tenemos la energía que nos permite movernos, escuchar, aprender, poner en práctica lo que nos llega del exterior, pero ¿En qué momento de nuestro educar, damos oportunidad de educar nuestra energía vivificante y ponerla al servicio de los demás llenos de amor?, la respuesta es simplemente ninguno, ya que todavía estamos empezando a descubrir que poseemos un potencial dentro del universo y que no se ha hecho nada por el humano, todo lo que se ha logrado es hacia lo exterior. Sin embargo, ya se ha empezado a trabajar en el plano de comprender, para educar y ayudar a poner a nuestro servicio la fuente de energía que cada ser humano tiene. Lo interesante es que de lograr unificar la energía, tendremos un planeta de amor, donde los mayores males de la humanidad se habrán eliminado, y me refiero elementalmente a uno que ha sido el que desde siempre nos ha autodestruido: La envidia. Ya que todos nos hemos antepuesto por envidia a nuestro propio desarrollo y crecimiento humano, desde que tomamos conciencia de cómo se ha desarrollado esta parte del universo, lo que llamamos planeta tierra.
Educar es acercarte a otro ser, escuchar lo que piensa y ayudar hasta donde sea posible. Para ayudar a cada ser a educarse es necesario evitar estandarizar y someter a la disciplina externa con el fin de que seamos iguales, No hemos nacido para educar a otros sino a nosotros mismos y ayudar a los demás en la medida que vamos superando el proceso de educación personal, desde que nacemos hasta que morimos. Somos únicos, con cualidades extraordinarias, que muchas veces, por otro de los grandes males de la humanidad: El miedo a lo desconocido o ha ser lastimados por los seres envidiosos no las exteriorizamos, sino por el contrario tratamos de esconderlas hasta que se domina la mente y se conduce al olvido. Nos corresponde dejar, que bajo la autodisciplina, los humanos fluyan con respeto, tolerancia y responsabilidad, con plena conciencia de que no se quiere lastimar, ni destruir, sino ayudar, sanar y armonizar a cada parte de la energía del todo, a fin de encontrar el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu, creando la humanidad que se desea, todos en relación con todos, donde cada quien tendrá lo que trabaje para él mismo y para los demás. Hoy es una realidad que lo que tenemos es lo que hemos hecho por y para nosotros mismos, sólo basta ver nuestro entorno y el sistema cultural que se ha creado. Lo único que podremos cantar es nuestra actitud.
Si te dices maestro, ¿estás consciente, de estar autodisciplinado contigo mismo cumpliendo las reglas de tu propia naturaleza de escuchar, servir y ayudar? ¿Cuánto escuchas y ayudas a tus discípulos, sin esperar nada a cambio? ¿Cómo te sientes hoy contigo mismo y con los demás? Da tu mejor respuesta, pues recuerda que eres un ser de luz y energía libre.

No hay comentarios: