jueves, 15 de noviembre de 2007

Estados Unidos: INGLES PARA NIÑOS


Ingles para los niños y English PlusLas campañas a favor de la legislación “English only” tuvieron un gran auge durante los años ’80, a medida que numerosos estados aprobaron declaraciones en las que se decía que el inglés era su único idioma oficial. Transcurrido un período de inactividad, el movimiento nació de nuevo en el clima anti-inmigrantes de mediados de los años ’90 y consiguió un breve apoyo de los republicanos en el Congreso. La cámara de representantes norteamericana aprobó una “Ley del Idioma Inglés” que restringía el uso de cualquier otro idioma por parte del Gobierno. Pero los líderes de los partidos políticos pronto abandonaron la causa cuando comprobaron que enfurecía a la población hispana –el sector del electorado norteamericano que crece más rápidamente–, sin producir demasiado entusiasmo entre los nativistas conservadores (tendencia política anti-inmigrantes).
Pronto cambiaría la situación con la llegada de una fórmula más sofisticada de activismo a favor del inglés como único idioma. En 1997, un multimillonario diseñador de software llamado Ron Unz lanzó una campaña en favor de prohibir la educación bilingüe a través de las urnas –primeramente en California y, después, en otros estados donde se pueden tramitar leyes por medio de votación–. Unz utilizó el título de “English for the Children” (‘Inglés para los niños’) para su campaña. En lugar de atacar a los inmigrantes, se presentó como su defensor ante centros escolares que no respondían adecuadamente.
La propuesta 227 fue aprobada sin ningún problema, el 61% contra el 39%. Cuando se les preguntó a quienes tenían la intención de votar a favor cuál era su motivo, casi tres de cada cuatro defensores dieron como respuesta lo siguiente: “Si vives en Estados Unidos, necesitas hablar inglés para tener éxito en la escuela y en la sociedad” (encuesta de opinión de Los Angeles Times, 1998). Los votantes opinaban que la educación bilingüe solamente servía para distraer al alumno del inglés, y no para adquirirlo. Esta falsa idea ha sido el obstáculo más importante para la aceptación del programa.
A lo largo de las dos últimas décadas se ha producido una explosión en la diversidad lingüística de Estados Unidos. En la actualidad, y debido fundamentalmente a la inmigración, más de uno de cada seis residentes en Estados Unidos habla en casa algún idioma diferente del inglés.
English Plus ha demostrado ser un planteamiento ineficaz en cuanto a conseguir apoyos para la educación bilingüe (Combs, 1992). Los psicolingüistas han demostrado que el bilingüismo favorece la flexibilidad cognitiva y que las múltiples habilidades lingüísticas benefician al individuo de muchas maneras: ocupacionales, culturales y psicológicas. Una política lingüística de English Plus, según Crawford (1997) sería aquella que invirtiera más en educación, dando énfasis a la conservación de las habilidades lingüísticas en la lengua materna mientras se aprende inglés, y garantizara los derechos lingüísticos: eliminación de la discriminación lingüística y libertad para hablar, aprender y mantener la lengua que uno escoja.
El problema más importante que tiene English Plus es que, digan lo que digan los norteamericanos en abstracto, muy pocos consideran que el bilingüismo es importante. A pesar de la creciente popularidad de la doble inmersión (aprender dos lenguas a la vez) –una forma muy efectiva de enseñar un segundo idioma– los padres angloparlantes han colocado, como mucho, a un total de 20.000 niños en tales programas.
En un estudio llevado a cabo sobre actitudes suburbanitas, Wolfe (1998) comprobó que el bilingüismo (junto con la homosexualidad) se situaba entre los fenómenos sociales menos tolerados.

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